Un domingo del mes pasado participé en este evento gracias a una invitación de Mirelle, que a su vez se enteró por un par de conocidas en común. Así funciona esto, de boca en boca. También se pueden consultar las actividades del grupo en su página web. La intención del flashmob fue demostrar que es posible organizarnos aun sin conocernos, en ete caso para poner en evidencia el letargo en el que vivimos muchos defeños. Fue muy divertido.
Niños Gritones
Uno de los oficios vigentes más antiguos de México, de origen colonial. Durante el Porfiriato los hijos de las familias más adineradas competían por un lugar en este selecto grupo de 36 infantes que a partir de 2001 comenzó a admitir niñas. Ayer estuve con ellos 20 minutos antes de un sorteo. La menor tenía 10 años, el mayor 15. Portan con orgullo el simpático uniforme de la Lotería Nacional que les resguarda una señora que se encarga de ellos: los prepara, celebra sus cumpleaños y colecciona recortes del periódico en los que se habla de ellos. Recomiendo verlos en acción cada domingo a las 20 horas en el precioso edificio art déco conocido como El Moro, en Paseo de la Reforma 1, colonia Tabacalera.
Mercado de Jamaica
Dos trabajadores del mercado de flores más famoso de la Ciudad de México reposan después de las horas más pesadas de la mañana. Uno parece preocupado y al otro se le ve más bien plácido. Jamaica existe en Av. Morelos, entre Av. Congreso de la Unión y Guillermo Prieto, desde el período presidencial de Adolfo Ruíz Cortines. Pocos años después de los terremotos de 1985 se remodeló y "ahora está más feo", según cuenta la señora Salvadora, que rebasa los 80 años y ha viajado casi todos los días de su vida desde Xochimilco hasta este mercado que nunca cierra.
Jacob en el Palacio de Iturbide
El único edificio de cuatro pisos en la América colonial se hizo más famoso años después por albergar el Hotel Iturbide, el primero de lujo en la capital independiente. Hoy la construcción de Madero 17 pertenece a Banamex, que exhibe parte de su colección de arte a través de exposiciones temporales. En una de ellas vi este cuadro que representa a Jacob trabajando para Labán. La historia del hombre solitario que termina formando una importante y enorme familia me atrae un montón por las lecciones de humildad y tenacidad.
Preocupado por la comunidad
La otra madrugada desperté súbitamente. Tenía hambre. Me preparé una lámina de matzá con queso, aceite y zatar, y me dediqué a revisar la edición más reciente de una publicación periódica de la comunidad judía. Me di cuenta como nunca de las faltas de redacción y del diseño editorial deficiente, pero lo que más llamó mi atención fue el contenido superficial de varios artículos. Y qué decir de los anuncios –se renta casa de lujo en Acapulco para Pésaj, etcétera. El aburguesamiento de una gran parte de los judíos que viven en la Ciudad de México es verdaderamente preocupante. Lo detecto incluso en mi sinagoga, que por mucho es la más liberal e incluyente de todas. Preocupante porque aleja a muchos queridos paisanos de una realidad social en la que todos deberíamos contribuir, y porque el elitismo en México no necesita ser más avivado. Que el horno no está para bollos, pues. Nuestra responsabilidad como judíos es funcionar en conjunto como una luz entre las naciones, destacar por nuestra moral. Aclaro que acumular dinero y rentar una casa en Acapulco durante Pésaj no tienen nada de malo –la prosperidad material es una bendición por la que se trabaja duro–, pero no estoy tan seguro acerca del alejamiento geográfico y social de la vida judía debido a causas clasistas. Cuando me mude a Tecamachalco recuérdenme esto que digo, despiértenme súbitamente.
Condado de Sayavedra
Pepe, mi súper amigo de la infancia, me recogió en Av. Virreyes para ir a su nueva casa, que comenzó a concebirse en los ochenta. Hicimos unos 40 minutos hasta este fraccionamiento de Atizapán de Zaragoza, en el Estado de México. Pasamos un hermoso sábado entre los árboles, los recuerdos y las cartas que le escribí durante mi adolescencia y que aún conserva.
Pan Comido
Así se llama el negocio de comida vegetariana que abrieron Gerardo y dos socios suyos hace casi un mes en Tonalá esquina Chihuahua, en la colonia Roma. Me pone feliz que vendan falafel, hamburguesas de portobello y ensaladas ricas. Recomiendo mucho este lugar que me recuerda a los locales de King George, en Tel Aviv, y en el que cuesta trabajo gastarse más de 100 pesos.
Olabuenaga Chemistri
El otro día estuve en esta agencia de publicidad, en la esquina de Prado Sur y Paseo de la Reforma. Me llamó la atención la escultura de la recepción, en cuyo piso aparece un texto que seguramente forma parte de la filosofía de la empresa. Ahí se lee que las personas no quieren vestir a la moda o tener el coche más caro, sino sentirse queridas, tomadas en cuenta, necesarias. Tremenda lección moral al servicio del capital.
Departamento de Michael Parker
Esta es Gabriela disfrutando una conversación con alguien a través de las velas que Michael –enamorado del Centro, como yo– coloca cada vez que hay una cena en su departamento del tercer piso de la esquina de República de Chile y República de Cuba, frente a la sede del Rito Nacional Mexicano. Agradezco las invitaciones a una de mis casas favoritas de la Ciudad de México.
Adiós, década pasada
Con la muerte de César Arellano, fotógrafo y creador del blog Diario de fiestas, se confirma el final de una etapa para un sector muy específico de noctámbulos defeños que comienzan a cumplir 30 años, casarse, irse de la ciudad o desaparecer súbitamente de las celebraciones. Es inevitable relacionar el trágico suceso del 14 de febrero en la Condesa con el fallecimiento del jovencísimo diseñador de moda Queztal hace tres años. Ambos formaron parte de una misma generación que afianzaba su identidad en pasarelas, inauguraciones, conciertos y cualquier evento festivo en Romacondesa que exigiera ir vestido decorosamente, o mejor dicho de manera estridente –en 2006 era lo habitual. César entendió bien el tono de aquel tiempo e inteligentemente comenzó a retratar a sus protagonistas al estilo del blog neoyorquino The Sartorialist. Era una escena pre hipster, maquillada y eufórica la que podía apreciarse en Diario de Fiestas. Por otra parte, no era común ver gente sonriendo. Pero eso ya terminó, igual que la década, los after hours y la fiebre por la ropa vintage. La última vez que vi a César, a finales del año pasado, fue en la cicloestación de Fernando Montes de Oca. Comentó de forma breve y casi cortante que se había acordado de mí leyendo una biografía de Hernán Cortés. Me quedé con ganas de topármelo otra vez para preguntarle a qué se refería. Ahora tendré que averiguarlo yo solo. Su trato era generalmente tímido, al menos conmigo. Se le notaba más cómodo observando que bailando, bebiendo o conversando, y sin embargo su persona estaba súper vinculada con fiestas salvajes y exclusivas, de las que ciertamente formaba parte, aunque sin caer en la trampa. Me pregunto qué haría César en esta nueva Ciudad de México de bicicletas, Ray-Ban y Foursquare. Quizá lo mejor fue irse de la fiesta a tiempo, como solía hacer.
Publicado en la columna "Sic transit gloria noctis" de la edición de abril de 2011 de la revista Dónde Ir.