El otro día estuve en esta agencia de publicidad, en la esquina de Prado Sur y Paseo de la Reforma. Me llamó la atención la escultura de la recepción, en cuyo piso aparece un texto que seguramente forma parte de la filosofía de la empresa. Ahí se lee que las personas no quieren vestir a la moda o tener el coche más caro, sino sentirse queridas, tomadas en cuenta, necesarias. Tremenda lección moral al servicio del capital.
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