Te vamos a extrañar, Aura












Snif
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Mis tiempos universitarios (1998-2003)


Alba y yo en su casa de Pabellón de Arteaga, en Aguascalientes.


Con Dorian y Karla Islas. Y mi acné.


Con mi hermana Paula en la calle de Alcalá, en Madrid.


En casa de mis papás con Lucy, su ex novio e Ingrid.


Con Irene en la graduación de mi hermana Nena.


En Primrose Hill, en Londres.


Mi credencial de estudiante.


En El Retiro, en Madrid.


En mi programa de radio. (Esta foto es de 1997.)

Domingo por la tarde en Tlatelolco













Viernes por la noche en el tributo a Joy Division







Viernes por la tarde en el barrio chino





Me gusta este tipo de prohibiciones

Otra vez estoy de buenas

Quizá sea por esto o a causa de esto otro. O porque por fin empecé a tomar Dalay. O porque esta mañana no había taaanto tráfico sobre Constituyentes. O porque sencillamente decidí estar de buenas y ya. Así que otra vez estoy contento. ¿Será necesario, por cierto, aclarar que lo de Dalay es broma? ¿O, en todo caso, será necesario empezar a tomar Dalay, de verdad? Otra cosa: anoche, vi Elisa antes del fin del mundo en la tele, y por más extraño que parezca, eso me hizo recobrar la esperanza en los mexicanos. Qué bonita película. Qué bonito todo. Esta tarde festejaré en la pulquería La Risa, con mi amigo Dorian. Por si quieren ir.

Luz ámbar

Ayer tuve una crisis a la hora de la comida. De un momento a otro, comencé a sentirme súper desanimado y débil, y con taquicardia. Primero pensé que se trataba de un rush de café o que quizá me hacía falta beber más agua. Después culpé a una compañera de mesa, cuya conversación era particularmente negativa. Al final decidí que estaba cansado, y nada más. Pero no. Ahora sé que lo mío era el tráfico, igual que hoy. Llegar y salir de Santa Fe me produce una peligrosa frustración. Le proporciona tristeza y pesadumbre a mi corazón, y se me quitan las ganas de trabajar. En este momento, por ejemplo, sólo tengo ganas de meterme en mi cama y dormir mientras abrazo a Fortina; o de ir con Tomás a La Casa de Toño, en Santa María La Ribera, y reírnos de la gente que tiene cara de maldad. Ya no sé qué hacer. El tráfico está peor que nunca, y a casi nadie parece importarle: los idiotas siguen pasándose la luz roja, estacionándose en segunda fila y comprando coches. Los policías de tránsito, por supuesto, no hacen nada al respecto. Qué decepcionado estoy de los idiotas. Ojalá pudiera acabar con sus bananerísimas existencias, y ya. ¿Alguien me ayudaría?

Fiesta de Axe