Es una de las piezas prehispánicas que Guillermo Dupaix registró en su álbum arqueológico de 1794. Sesenta y nueve años antes, al inaugurarse la casa del marqués de Prado Alegre, se incrustó este glifo en una pared exterior. Dupaix explicó que "este símbolo o arma será distintivo de alguna provincia, ciudad o pueblo, tal vez Chalco". También se ha dicho que este glifo de 59 por 70 centímetros hace alusión a la fertilidad y a lo bello. No hay que dejar de admirarlo en Madero esquina con Motolinía –entonces Plateros esquina con Espíritu Santo.
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