Yo ya no quiero ser alguien

Qué raro, la mayor parte de mis años adultos he perseguido a un fantasma llamado Alguien. De hecho, he querido ser él. ¿Para qué?, quién sabe. Tal vez para recuperar la "fuerza yoica" de la que hablo con el psiquiatra. Ser reconocido ha supuesto una suerte de herramienta para conseguir la atención de los demás, creerme más real que el resto y convertirme en objeto de admiración y deseo. O sea, entrar en la trampa por la puerta grande. Vaya peligro. Recuerdo cuando anhelaba ser popular, trascender a mi propia muerte y no ser uno más del montón. Qué cosas como de Dios, ¿no?, ¿por qué nos educarán así? Yo ya sólo quiero ser Jorge Pedro y tener un sueño reparador. ¿Me acompañan?