Dia de descanso (sin acentos)

Shabbat y con lluvia, vaya dia para recorrer en bicicleta el barrio yemenita y la white city. Desde luego, no lo hice. Ya habra oportunidad el proximo lunes, cuando regrese de Jerusalen. Hoy quise quedarme en la habitacion a dormir, leer, escribir y repasar mis clases de hebreo. Despues de todo, estoy de vacaciones; y, aunque no he colocado un mantel blanco en mi mesa ni encendido velas, hoy es un dia de descanso; tambien para mi. En el hostal, parece que casi todos decidieron no salir. La sala esta llena de viajeros solitarios que leen y escriben a un lado de la ventana que da a Oley Tzion. Es una imagen muy bonita. Pero tambien algo monotona, asi que yo preferi tomar un taxi y venirme a Allenby, con mi paraguas que apenas sirve. Que aspecto tan desolado ofrece el centro de Tel Aviv esta tarde. Pero yo estoy feliz; solo, aunque nada desolado. La verdad es que me encuentro tranquilo y meditabundo. Esta ciudad me ha inspirado a reflexionar. Anoche, en el Max Brenner de la avenida Rotschild, hice conciencia del verdadero motivo de mi viaje. Asi es: sigo en busca de una identidad social. Primero, Espana; despues la ciudad de Mexico; y ahora Israel. Que tonteria. Una vez que vislumbre aquello que rastreo, me pregunto que pienso hacer con eso. La identidad no es algo que se encuentre, pues. A partir de hoy, mi consigna es observar solamente a los demas. Quiero ver como los habitantes de Israel continuan celebrando su anhelado retorno a HaAretz, presenciar de que manera conviven sus nuevas y viejas formas de vivir el mundo, y sobre todo tengo muchas ganas de estar en Jerusalen. No quiero hacer turismo, esa idea nunca me ha atraido. Lo que yo deseo es conocer de cerca la antigua capital del rey David, y para eso hay que alejarse de los turistas, las atracciones y el entretenimiento. Pero volvamos a Tel Aviv, o mejor dicho a Iafo. Es una mentira que hoy haya pasado casi todo el dia en el hostal. En realidad si sali por un par de horas. Fui otra vez a Puah, un restaurante muy lindo que esta a una cuadra del Old Jaffa Hostel. Pedi un schnitzel con papas y ensalada, una cerveza palestina y un cafe turco. Que buen lugar para comer. Hoy volvere a dormirme temprano, asi que ya me voy al hostal otra vez, a sentarme entre una parvada de desconocidos que claramente buscan su identidad; algunos en un libro, otros mirando hacia Oley Tzion. (Ayer dije que pronto relataria mi aparicion en un programa de television local, asi como mi experiencia con la comida de Israel; pero ahora mismo eso no me parece tan importante. Quiza otro dia lo haga.)