A todas luces

Los hombres dirigen el vértice principal de su cabello hacia abajo, como Aarón, mientras que las mujeres lo hacen para arriba, como Marge Simpson; yo me he dejado una cresta y mi barba se enrolla en sí misma, sin caer. O sea que nada de triángulos. Tal fue mi primer pensamiento en la mañana. Ever since, no he dejado de acordarme del cinco, la estrella de fuego y esa única quelque chose que pende de la bóveda celeste. Ah, y de la película de antier. Mecachis, mi vida actual sabe a Milo con café de Vips, ese que me prohibía mi mamá en los 80 so pena de volverme moreno. Hoy soy rojo-rosita.


Él es un pobre, ajeno al bloqueo de Reforma. ¿Qué habrá bebido de niño? ¿Coca-Cola?