Mano dura

A un compañero de trabajo le robaron esta mañana los espejos de su coche. Eso me da coraje –y eso que no eran mis espejos. También odio que unos pillos le hayan roto el corazón a María José, al robarle sus discos y DVDs. Ash, yo creo que a ese tipo de bandidos deberían castigarlos con fiereza. Por ejemplo, que los dejaran sin comer tres días. A ellos y a sus papás, hermanos e hijos. ¿Qué opinan?