In the mood for rest

Fragüemos una mezcla constituida por el The man who wold the world de David Bowie, una tarjeta del Pata Negra, las fotos de mi fiesta en el T Gallery, cincuenta pesos, el casete con la entrevista que le hice al Brujo Mayor, algunas canciones de Fangoria, una caguama, una base para cama matrimonial, el nuevo disco de U2, la grabación que hice con mi amiga Linda y el número telefónico de Hugo. Ensuciemos el resultado con un montón de arroz aceitoso e insípido y luego untémosle una generosa dosis de nostalgia flash forward. He ahí mi primer fin de semana en Ometusco, tranquilo y con un tono similar al de aquella película de Wong Kar Wai que tanto me afectó con su deseo pausado un tres de diciembre. Y de alguna manera, también anoche.