La pasión según Hermosillo

Comentarios como "¡pamplinas!, eso no es cierto" o "¿en qué estaba pensando ese mequetrefe?" no pudieron salir de mi boca ayer por la tarde durante el estreno de la nueva copia de La pasión según Berenice que patrocinó la universidad donde, hasta el próximo día 15, trabajo.

Tuve que quedarme calladito, pues Jaime Humberto Hermosillo y la protagonista (Martha Navarro) estaban sentados a dos palmos de mí. Grr. Sin embargo, no escatimé en risas (Pedro Arméndariz Jr. haciéndola de galán, a sus 35 años, me pareció insuperable, ja).

El suceso fue todo un ídem, pues durante la proyección, alguien confundió el rollo cinco por el seis, y vimos el final anticipadamente. Nos perdimos la escena del motel y la del día de campo, pero no importa porque yo quedé feliz simplemente por haber mirado un poco del Aguascalientes de hace 30 años. La expoplaza, los anillos periféricos, los pasos a desnivel... bah. Yo me quedo con el parián con arquitos, el que nunca conocí, y del cual sólo queda El danubio azul, esa tienda misteriosa donde nadie entra, donde nadie sale.

La película me gustó, a pesar de algunos diálogos y baches en el guión. Bonita película del tío de una bonita amiga. Lo que no me pareció fue aquello de "Vete a la chingada, cabrón vanidoso, te odio, pero ojalá te vaya bien" (incluso lo memoricé). Mmm. Creo que nadie obligó a Berenice a zorrear.