Hace años que no me asomaba por este bar de mala muerte en la esquina de Eje Central y República de Perú. Terminé aquí hace unas madrugadas con una amiga y con la travesti que aparece en la foto –ni idea de cuándo ni cómo la conocimos. Ninguno de los tres traíamos dinero, así que nos fuimos casi enseguida. El lugar me gustaba más antes de la remodelación, cuando había más espacio y en mi caso más aguante.
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