Estaba Rosalba en el lobby de Editorial Televisa esperando a una amiga para irse a comer juntas. Pasó un buen rato. Y entonces se abrieron las puertas del elevador. Rosalba pensó que era su amiga, así que sin fijarse mucho dijo: "¡Por fin llegas!, ¡te tardaste un montón!". Pero del elevador no salió su amiga, sino Carlos Salinas de Gortari, quien replicó: "¿Me estás hablando a mí?". Por favor pídanme que se los cuente en persona.
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