Botones en el DF

Al ex editor de DF y Edomex de El Universal le hacían falta botones. Y sólo hasta que encontrara una buena tienda en donde los vendieran usaría otra vez un par de blazers que matenía en innecesario desuso. Preguntó, recorrió las mercerías y boneterías habituales del Centro y finalmente cayó en la desesperanza. Entonces llegué yo a proponerle una columna. Me puso a prueba con este texto, que le agradó. Desgraciadamente renunció al periódico pocos días después.

Varios usuarios de Twitter dicen que pruebe en las tiendas de telas como la Parisina, otros me mandan a Liverpool y alguien sugiere las mercerías de las plazas comerciales, por ejemplo la del Centro Comercial San Jerónimo (Av. San Jerónimo 630, La Otra Banda). Yo prefiero dar con establecimientos más encantadores, por eso empiezo mi búsqueda en las sastrerías de la Zona Rosa, tan pequeñas y limpias. Si bien en Río Bravo (Hamburgo 175, Juárez; 5514 0095) y Gilberto Ortiz (Londres 209; 5514 1713) venden botones bonitos para sacos y blazers, la variedad de ambas no me deja satisfecho. Sucede lo mismo en London House (Londres 204, Juárez; 5533 0089), sólo que aquí la empleada me ofrece una pista valiosa: sus botones Holland & Sherry, que venden únicamente bajo pedido, los consiguen en Casa Armand (Insurgentes Sur 1391, Insurgentes Mixcoac; 5598 2233). En este local al Sur de la ciudad fundado en 1910 venden botones metálicos, de poliéster y de cuerno. Un empleado me cuenta que la sucursal de Polanco (Arquímedes 31) tiene menos surtido. Mi siguiente visita es justo por ahí, en La Casa de los Botones (Julio Verne 95, Polanco; 5281 3126). Se trata de un local asombroso, con miles de botones disponibles. Existe desde 1985 gracias a la ex modelo y pintora neoyorquina Mary Anne Burton. Aquí se encuentra el mayor surtido de México, según la dependienta. Tienen botones de metal, cristal, tejido, plástico, cerámica y más; en todos los colores y tamaños imaginables. Y si no lo tienen, lo hacen. Además a un lado hay una conveniente sastrería. Termino mi recorrido confirmando que esta ciudad no le falla a nadie. Y para muestra ¡muchos botones!