Córdoba


Esta casa la dejamos en 1994. Desde entonces no había vuelto. Ricardo, ahora con canas, me llevó a verla. Luego en su moto y a nadar al Casino Español con su novia; ahí vimos a Alfonso. Luego una procesión silenciosa y al día siguiente desayuno, Fortín y comida. El jueves Rosendo y una cena de horas en los portales.