(...) Acuerdome que leí
en la escritura sagrada
como a Moisés le fué dada
en el monte Sinaí
lei por Di-s autorizada,
y Di-s bajó de su silla,
que fué muy gran maravilla
decir el divino rey:
no vengo a quitar la ley,
sino a guardalla y cumplilla.
Cuando Cristo aquesto dice
es que la ley les aprueba
y si después la reprueba
su palabra contradice;
pues la quita y da ley nueva.
Carece el pueblo de pena,
pues Di-s a su ley condena.
Si era mala, ¿a que la dió?
o ¿por que se la quitó
si, señor, dicen que es buena? (...)
Fuente: Toro, Alfonso. Los judíos en la Nueva España. Fondo de Cultura Económica. Ciudad de México, 1982.
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