Estado de México


Me enamoré del olor de los borregos, conocí el pelaje de un venado y temí la aparente mala leche del ñu. Eso y los volcanes. Disfruté un montón la compañía de Giselle e Hiram. Quiero volver a El Gallo de Oro, el Parque de los Venados Acariciables y la Hacienda de San Andrés. Pronto un artículo en Travesías. Fotos a partir de acá.