Regina 45
Estoy todo emocionado. Vengo de la peluquería de Agustín, quien lleva más de 40 años dando servicio exclusivamente de noche. El tlaxcalteca de 71 años, que difícilmente parece rebasar los 50, me contó en qué consistían las labores de los peluqueros hace tiempo (desde extracción de muelas hasta mascarillas de clara de huevo, pasando por gotas en los ojos y masajes) y también sobre los reportajes de prensa escrita y televisión que se han difundido en torno a su local, así como de un montón de temas de-esos-que-me-encantan: cómo lucía el Zócalo en la década de los años 50, dónde están las tiendas especializadas en artículos para peluquerías (su favorita es la de República de Venezuela esquina El Carmen) y demás. Además, me gustó enterarme de que el edificio en donde vivo fue durante muchos años una casa de huéspedes y que en ella se hospedaron los entrenadores olímpicos en 1968. Recuerdo que Melo alguna vez me habló sobre este peculiar local de Regina, ¡qué ganas tengo ahora de decirle que finalmente lo conocí! El bigote lo dejó muy bien y sólo costó 45 pesos. Pero lo mejor fue una frase tan críptica como encantadora que pronunció casi al final: "No quiero alabarlo, joven, pero en su edificio vive pura gente como usted". O sea, ¿cómo?
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