Ya basta

Anoche dos de mis amigos más cercanos sacaron al tema un defecto que me caracteriza. Resulta que siempre quiero que las cosas se hagan a mi manera. Yo mismo reconozco que la mayoría de mis problemas proviene de esa exacerbada voluntad de poder. Ahora entiendo que la gente no hará lo que yo espero que haga, y que las cosas no sucederán como yo deseo. Ha llegado el momento de deshacerme de las frutraciones. No soy dueño de nadie, sólo de mí mismo.