Hoy estaba un poco triste

Pero, en el momento más oportuno, Dorian pasó por mí para ir a cenar, y cenamos riquísimo y platicamos muy padre. Después, de regreso al departamento, me encontré a Tomás cerca del Sumesa; y hace rato Denisse me mandó un mensaje muy bonito al celular. Dios debe quererme mucho. Y, de hecho, por eso me pone a prueba (yo también lo quiero a Él, y por eso resisto tan contento). Y al final recibo una recompensa que, en cualquier caso, nunca espero. Como cuando de adolescente, durante un verano súper aburrido, aprendí a tocar la flauta y decidí componerle una cancioncita a Dios. Así que abrí la ventana, todo inspirado, y la toqué mirando al cielo. Pronto una vecina gritó que me callara, y entonces yo pensé que Él no quería mi regalo. Pero un buen día capté que sí, y que su mensaje había sido: "insiste". Ese día, lo confieso emocionado, es hoy.