Un poquito de nostalgia

Bajar a toda velocidad en bicicleta por las rampas de Kikar Dizengoff, bailar y sudar como loco en El Patio de mi Casa, hacer canciones con el colectivo Cats, el chismorreo en el comedor de Editorial Televisa, las canciones y las fotos que hay en mis dos lap tops que no sirven, los viajes a San Miguel de Allende, las telenovelas de TV Azteca con mi tía y Mode, el verano pasado en Klagenfurt, la marisquería barata de la calle de Parras, las hamburguesas con Balmori en Plaza Inn, el tráfico con Gerardo, la nieve sobre El-Wad, mis clases de alemán en Alfonso Reyes, las fiestas en el departamentito de Ometusco, los chistes locales con los ex colegas de Men's Health en Español, asolearme en la playa, las escapadas a Puebla durante la universidad, el departamento de mi yaya Carmen, las conversaciones por ICQ en casa de mis papás, esa noche en Kreuzberg con Jaime, y las monerías de Pirrina. Todo eso, y más, lo extraño un poco.