Sin onda

Rara vez me he identificado con los looks llamativos. Alguna vez intenté dejarme una especie de mohwak, pero al final sólo conseguí verme... chistoso. Lo mío es el pelo corto y ya, o al menos no demasiado largo. Un efecto similar resulta cuando uso mi Tardan tipo caribeño, aunque reconozco que ese sí me queda bien. Tampoco me atraen los tenis de colores brillantes ni las boinas, por ejemplo; ya no digamos las rastas o los tintes. Me queda claro que represento lo contrario (¿o acaso lo opuesto?) a alguien "cool"; pero lo mío va más allá, pues si de algo carezco es de "onda" (y no porque me interese tenerla, naturalmente). Con todo y que vivo en la Condesa. Mis compañeros de banqueta de hace rato, en los tacos Hola, sí que la tenían: algunos revelaban con orgullo la imagen híper sobada de hijo-de-familia-de-la-colonia-Del-Valle que se dejó una hilerita más larga de pelo en la nunca, y se fue a vivir con sus cuates del ITESM a orillas de la Escandón, claramente patrocinados por sus bondadosos padres. Estas personas ocupan 70% de la Condesa, mientras que el porcentaje restante está conformado por satelucos que buscan mujeres semi fáciles en bares semi chafas, y los colonos de toda la vida. A estos últimos se les reconoce porque suelen pasar desapercibidos. Como yo, que en cualquier caso ni soy de aquí ni soy de allá. Para variar. En mi vida hay crestas y valles, pero nada de ondas, que a final de cuentas sólo son líneas "con onda".