Estar feliz me hace feliz

Nadie puede ir por la vida súper feliz sólo porque sí, ¿cierto? Como que siempre hay algo que sale mal, y por lo cual quejarse. ¿O acaso me equivoco? ¿Será en verdad posible permanecer constantemente a gusto? Yo, de hecho, llevo ya varias semanas así, sintiéndome satisfecho, tranquilo y lleno de energía. Me encanta mi trabajo, y lo mismo me gusta irme a la cama que despertar por las mañanas. Podría vivir de esta forma el resto de mis días, sin cansarme jamás de tanta felicidad. Con todo y que La Costa Brava ya no existe, que todavía no vivo en el edificio Vizcaya y que se avecina un inminente y colosal cierre editorial que culminará dentro de pocas semanas. "Nada me importa, sólo pienso en ser feliz", escucho coincidentemente en este momento. Las mejores letras son las más sencillas. Igual sucede con los deseos, me parece. Gracias, Sergio y Fran, por otra enseñanza espontánea. Y a mí, claro, por permitirla.