Salsas sin ajo

Pues anoche estuve en una sesión del Pecha Kucha y la pasé bien. Pero antes fui al Sumesa a comprar los ingredientes para una salsa verde. Llevaba todo el día con ganas de hacer una. Así que la preparé, la probé y llegué de buenas al Covadonga. Y así mismo salí de ahí. Sin embargo, no puedo contener algunas impresiones desfavorables relacionadas con el evento. Yo tengo un reclamo, que en realidad es una pregunta: ¿no se supone que un artista es una persona espiritual, intelectual y emocionalmente avanzada (o por lo menos especial)? La idea de exponer trabajos creativos me parece estupenda, lo que no me gusta es escuchar a alguien que en realidad no tiene nada qué decir. Y cuando el discurso del expositor se limita a un vocabulario de 18 palabras (entre ellas "post apocalíptico"), todo se pone peor. Con todo, disfruté mucho la participación de Ramiro Cháves y Afrodita. La primera me resultó legítima y honesta; mientras que la segunda constituyó un esfuerzo sólido y original. Ambos proyectos me dijeron algo con verdadera claridad. Los demás no. Pero los respeto, desde luego, y también los aplaudo. A mí no me gustaría que alguien viniera y me dijera que mi salsa sabe horrible, aunque tenga razón. De hecho, tendría razón. Le faltó ajo.