De fiesta con Naomi







Las fotos son de Dorian. Bueno, la penúltima la tomé yo, pero con su cámara. Yo acababa de llegar de Nueva York y él estaba desveladísimo, por lo que ambos optamos por un plan tranquilo: pasear por la Roma, y luego dormirnos temprano. Qué inocentes. En esta ciudad, si quieres algo tranquilo te quedas en tu casa y ya; de lo contrario, el universo conspirará para que termines en algún after con esta mujer. Es casi inevitable. De ese modo, la noche del sábado antepasado se convirtió, quién sabe en qué momento, en una plétora de excesos moderados, protagonizada por desconocidos que, al final, nunca lo fueron. Bravo por el DF y su modus operandi nocturno.