Este es uno de los primeros recuerdos importantes que tengo. Mi mamá, mi hermana mayor y yo estábamos en la cocina de Goya 53-303, yo comía un par de huevos fritos y Lourdes Guerrero me enseñaba a qué sabe el terror de la fragilidad cotidiana. Yo tenía cinco años. Corrimos a la sala y yo no podía creer los movimientos de la lámpara. Nos quedamos casi 100 segundos en la puerta de la entrada. Mi mamá se acuerda de los ruidos (¿de la tierra?, ¿del edificio?), pero yo no. En realidad, lo que más recuerdo del terremoto de 1985 es este video.
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