Necesito bañarme

Me desperté y no había agua en el departamento. Bueno, para beber sí; y también llovía. Pero agua-agua para bañarse, lavarse los dientes, jalar el excusado, darle de beber a Fortina y regar las plantas y las flores no. Así que me puse un montón de loción. Y, ash, huelo demasiado a loción. Y mi pelo huele a pelo. Y no tengo dinero. Y odio quejarme, pero lo hago. Y eso es lo que más me enoja: no poder estar por encima de mis circunstancias. Tampoco me pone muy feliz escuchar a las co workers de la isla de atrás; sus voces aniñadas, sus risas forzadas, sus sonrisas nerviosas... y mi amargura natural. ¡Que alguien me lleve al Patrick Miller, pero ya!