Yo: las mejores cosas de la vida son gratis.
Mi mamá: sí, como el metro de Viena, que no nos ha costado nada, jijijí.
Yo: bueno, eso no es gratis. Más bien nos hemos metido sin pagar, que es distinto.
Mi mamá: pues para mí eso es gratis.
(¿Será que lo gratis está en la demanda y no en la oferta?)
|