Anden, indíquenme ya el sentido de la vida

Yo sé que la división de la unidad es el origen de la creación. Pero esta escisión ya fue un abuso, me recuerda un poco a la alocada descendencia del Gizmo ese. Anoche, de regreso a la vecindad en la que duermo se me ocurrió la idea de que nada tiene sentido. I mean, nada. Procrear para que el procreado se muera igual que uno no puede tener ningún sentido, en serio, ¿de eso se trata todo? "Tampoco tendría sentido no existir", dice André, lo cual confirma mi pensamiento. Somos una plaga que nadie podrá detener, nadie. Ni Dios, pues Dios se vulgarizó haciéndose carne y esa carne está podrida, multiplicándose sin ningún propósito. ¿Continuar la especie? ¿Para qué? ¿Para que continúe y ya? Bueno, y una vez que continúe, ¿qué? Pienso en los tipos que trabajan en las gasolineras, en mi amigo José, en las furcias que salen en la tele, en el señor panzón de la oficina que le parece sexy a María José, en mis ex compañeros de la secundaria... ¿Para qué vinieron? Ni división ni unidad ni creación. Pamplinas y nada más. Que alguien me invite pronto un Häagen Dazs y me muestre el dichoso hilo negro. Ya verán el buen uso que le voy a encontrar.

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Estos son dos pies que fotografié en Berlín con la ayuda de un maravilloso N80 chayotero. Yo sé que no viene al caso con el post, pero es que ya nada tiene sentido, vraiment.