Quiero morder

Estoy en la oficina. O mejor dicho, sigo en la oficina. He visto más de una vez los siete episodios de Alejo y Valentina, escucho el sencillo del disco de Delicado Sónico y a mi mente llegan impresiones que seguramente experimenté cuando era niño (¿cuándo dejé de serlo?). Vuelvo a poner la canción, tecleo manzanita M en el Entourage y me quito los audífonos. Doy un paseo por el segundo piso de la editorial y regreso a mi lugar. ¿Por qué no me traje la recopilación de Happy Fi al trabajo? Pienso en el Galaxy. Nuevamente manzanita M. "Si no lo vas a deciiir...", me gusta mucho el primer álbum de los Fresones, me recuerda a esa región cuasi tepiteña de la Lagunilla que suelo visitar cada tres o cuatro domingos. Y también a aquella persona que nunca llamó. Cuando aquí no hay música, lo único que escucho es un coro de tecleos.

"Ayer no fue tu día, ¿verdad?", me dijo hace un rato mi jefe.