No, ni el Papa ni el Peje son importantes en este blog. No tan importantes como las personas de carne y hueso, esas que trabajamos, que batallamos para pagar la renta, que nos metemos a los blogs y que nos dedicamos a agradar y desagradar a nuestros semejantes. A continuación, cinco actitudes que me molestan sobremanera de la everyday people.
1. Que me miren sin motivo. Sí, ya sé que este punto podría sugerir cierta esquizofrenia de mi parte, pero ¿a poco no es odioso que cuando entras a un OXXO, a un vagón del metro, a un pasillo del súper, a una oficina o a cualquier sitio, tooodo el mundo voltee a verte? Haz el experimento: camina al lado de un micro y mira de reojo a los pasajeros. Todos estarán observándote.
2. Que alguien me cuente que leyó El código Da Vinci o El caballero de la armadura oxidada o El monje que vendió su Ferrari o El alquimista o el libro nuevo de García Márquez o Ángeles y demonios o...
3. Que llegue alguien a mi lugar de trabajo y se ponga a ver el monitor de la computadora. ¡Sí, soy un adicto a los blogs!, ¡sí, me gusta revisar mi correo electrónico cada catorce segundos!, ¡sí, estoy posteando en este justo momento cuando en realidad debería estar trabajando! ¡sí, sí, sí, pero ya vete!
4. Que en los micros y en los vagones del metro, las personas no se recorran para dejar que quepa más gente. Antes solía pensar que lo hacían a propósito, pero ahora sé que el motivo es que su conciencia corporal no supera la distancia que existe entre sus ojos y sus narices. Lo mismo cuando un grupo de personas caminana lento y en zig zag, como si los estuvieran grabando para la rúbrica e Beverly Hills, estorbando a los que acostumbramos caminar en línea recta.
5. Que los taxistas te pregunten "¿por dónde nos vamos, chino?". ¿Qué quieren que les diga? ¿Que tomemos la ruta más congestionada y tardada? Grr.
¿A ustedes que les molesta de los demás?
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