Anoche hubo lluvia de estrellas. Algunas personas osaron vivir el acontecimiento en el Ajusco, pasando frío, mientras que Lorena y yo nos dedicamos a acalorar nuestros cuerpos con la ayuda del alcohol gratuito que Grupo Editorial Notmusa ofreció en su fiesta de Navidad, en la que, por cierto, lo más cercano que estuvimos de las estrellas fue la presencia de esos reporteros que no se cansan de presumir lo bien que las conocen. A todas. Comenzamos, pues, el maratón Guadalupe-Reyes chupando y comiendo, apostando dinero falso, conociendo gente y bailando (bueno, como dos minutos). Al final de la noche me sentí muy conmovido por los gestos de amabilidad que siempre termina demostrando Lorena (a.k.a. Compañera de trabajo número diez). ¿Qué sería de mí sin toda la ayuda que he recibido en esta ciudad? Mi tía, la gente @ Sónika, mis compañeros de trabajo, mis editores, Hugo y un sinfín de estrellas más que todo el tiempo titilan. Y llueven. Sin que yo pase frío.
Lorena y yo en la fiesta de Notmusa*
"¿Por que todos nos toman fotos?, ¿será el tamaño de tu celular?".
* Nota al calce: pensé que sobraba aclarar que en realidad yo no soy el ñor de la foto. Pero ahora me doy cuenta de que no está de más manifestarlo. Dixit, pues'n.
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