Day in, day out

Menos meritoria que fortuita y más fortuita que gratuita (ahora que lo pienso, la existencia de la palabra "gratuita" me parece de lo más gratuito; no hay nada gratuito, sólo eso), la satisfacción le extendió ayer un recibo de honorarios a mis ojos a causa de una posibilidad tratable que ellos mismos me habían procurado la noche anterior. Chingón. Empero, conocemos bien el modus operandi de esta carrera: como es arriba es abajo and stuff, así que esta mañana no supe prender el bóiler, no encontré mi nombre en la lista de colaboradores del más nuevo número de la revista Sónika y terminé dándome cuenta de que la posibilidad antes mencionada se ha alejado ya de los linderos de lo acequible. Y de la cebada. Suck, baby, suck, show me you're real!