Yo: buenas tardes, ¿tienes discos vírgenes?
Empleado de Sanborns: ¿de cuáles?
Yo: mmm, la marca da igual.
Empleado de Sanborns: sí, o sea, pero ¿CD Roms o qué?
Yo: sí, o sea, discos vírgenes, de audio, para quemar música.
Empleado de Sanborns: ¿de estos?
Yo: no, no, esos son casetes.
Empleado de Sanborns: ¡es que si no me dices qué es lo que quieres, no puedo dártelo, chino!
Yo: nunca mejor dicho.
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