Poder y arrogancia, extremos y coincidencias (An Idoru review, sorry, a Dogville review)

Hace tiempo que una película no me emocionaba tanto. Escuchar a la jesucrística Nicole Kidman decir "hay cosas que uno debe hacer por sí mismo" frente a su extinta comunidad isladeguilliganesca me provocó un notable estremecimiento, que por supuesto se vio acentuado cuando pocos minutos después escuché "Young Americans" en los créditos, uff. No pude contenerme. Si Dancer in the Dark fue, de alguna manera, unilateral al tratar la relación víctima/victimario, Dogville es un profundo recordatorio, casi chestertoniano, acerca de lo cómica que puede llegar a ser "la justicia". Hubo algo en la voz en off y en la Gente (que se reía, como siempre, donde no había nada chistoso) que me molestó ligeramente, pero en realidad sólo representaron un par de motas de polvo en el zapato.