Saldo del fin de semana

Supe que una persona de la que yo ya sospechaba se me adelantó en la materialización de una idea brillante. Por temor a estar solo, terminé consolando a alguien que se sentía igual. Ambos engañados. De pronto, perdí todo mi dinero y pocos minutos después, éste regresó a mí. Finalmente me corté las uñas de los pies. Comí con una striper cubana. Y al día siguiente, con un amigo solitario, como todos. No supe quién es Sari Bermúdez (bueno, sí, pero no con exactitud). Me avisaron que el próximo sábado, mis ojos serán vendados. Dormité en el cine. Compartí comida china con alguien que esta noche perdió un trabajo que llevó a cabo durante diez años. Gratuitamente. Por fin conocí el restaurante austríaco que está en Citlaltépetl. Compré Ampicilina. Perdí a dos vecinas y gané una nueva. Y lo más importante: me di cuenta de que no quiero malgastar mis días en este edificio sanangelino.