Confeti

Hay confeti debajo de la cama, en los bolsillos de mis pantalones, sobre las almohadas, en el suelo de la regadera, encima de mi lap top e incluso adentro del congelador. ¿Cómo pudo colarse tanta basura de colores en mi departamento? Quizá a través de la ventana que dejé abierta. Ni hablar, hoy me toca limpiar. O mejor dicho, distribuir. En ocasiones, el olor a encierro es preferible al frío de la inmensa noche. Y desde luego, mucho más conveniente que el confeti.