1. Debido a que los conductores de los trenes no disponen de baño en sus cabinitas, éstos se ven obligados a detenerse en una estación, salir corriendo (eso quiero pensar), subir las escaleras y hacer del uno y/o del dos. Entonces, cientos (¿quizá miles?) de pasajeros tenemos que esperar acalorados y apestados a que el chofer libere su calor y peste. Al chofi sí se le para.
2. Se dice que la mayoría de los conductores del metro son mujeres. ¿Necesitarán parar el tren para mirarse en el espejo y corregirse el rímel?
3. Estoy seguro de que existen ciertos choferes malintencionados y amargosos que frenan el metro con el único propósito de fastidiarnos (yo lo haría). Lo juro sobre un puñado de Biblias. Así, con B.
4. Y ya que hablamos de Biblias, algo me dice que algunos conductores no pueden evitar detener el metro a las doce del día para rezar con calma el ányelus o como sea que se escriba en castellano. Esto, desde luego, hace que los trenes que van atrás, tengan que pararse también para esperar a que el Señor termine de otorgarle paz al señor.
5. Algún imbécil jaló la palanquita de emergencia para hacerse el chistocito, lo cual causa que hordas de asalariados lleguemos tarde a nuestras lindas oficinas.
6. El conductor murió de agotamiento justo a la mitad del trayecto entre dos estaciones.
7. Un oscuro complot urdido por el gobierno federal (¿quién más?) es la razón y punto.

Datos sobre el metro, de acuerdo con información proporcionada por Arturo Herrera, brazo financiero de A Eme Ele O, a la revista Chilango de octubre. Bien dicen que cuando la carreta viene más vacía es cuando más ruido hace. What d'ya think, blog pals?
El 10% del presupuesto defeño se gasta en transporte público.
Cada kilómetro que recorre el metro vale 30 millones de dólares.
Los nuevos vagones de rodadura neumática que comenzarán a implementarse en la la línea dos costaron 11 millones de dólares, cada uno.
Se compraron 45 trenes nuevos, que seguirán usando el color anaranjado.
El DF recauda el 57% de sus ingresos, de los cuales, 3 mil millones provienen del metro.
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