Siete posibles razones por las que el metro se detiene

Ahora que nuestro Peje de Gobierno acaba de gastar más de 500 millones de dólares (o sea, cinco mil veces más de lo que "invirtió" en cómics) en vagones nuevos para el Sistema de Transporte Colectivo Metro, se me ha ocurrido escribir acerca de los trenes subterráneos que calientan las profundidades de la ciudad de México, más específicamente sobre las posibles razones que provocan que el metro se quede quieto hasta por 20 minutos en medio de dos estaciones, situación por demás engorrosa y emputante.

1. Debido a que los conductores de los trenes no disponen de baño en sus cabinitas, éstos se ven obligados a detenerse en una estación, salir corriendo (eso quiero pensar), subir las escaleras y hacer del uno y/o del dos. Entonces, cientos (¿quizá miles?) de pasajeros tenemos que esperar acalorados y apestados a que el chofer libere su calor y peste. Al chofi sí se le para.

2. Se dice que la mayoría de los conductores del metro son mujeres. ¿Necesitarán parar el tren para mirarse en el espejo y corregirse el rímel?

3. Estoy seguro de que existen ciertos choferes malintencionados y amargosos que frenan el metro con el único propósito de fastidiarnos (yo lo haría). Lo juro sobre un puñado de Biblias. Así, con B.

4. Y ya que hablamos de Biblias, algo me dice que algunos conductores no pueden evitar detener el metro a las doce del día para rezar con calma el ányelus o como sea que se escriba en castellano. Esto, desde luego, hace que los trenes que van atrás, tengan que pararse también para esperar a que el Señor termine de otorgarle paz al señor.

5. Algún imbécil jaló la palanquita de emergencia para hacerse el chistocito, lo cual causa que hordas de asalariados lleguemos tarde a nuestras lindas oficinas.

6. El conductor murió de agotamiento justo a la mitad del trayecto entre dos estaciones.

7. Un oscuro complot urdido por el gobierno federal (¿quién más?) es la razón y punto.



Datos sobre el metro, de acuerdo con información proporcionada por Arturo Herrera, brazo financiero de A Eme Ele O, a la revista Chilango de octubre. Bien dicen que cuando la carreta viene más vacía es cuando más ruido hace. What d'ya think, blog pals?

El 10% del presupuesto defeño se gasta en transporte público.

Cada kilómetro que recorre el metro vale 30 millones de dólares.

Los nuevos vagones de rodadura neumática que comenzarán a implementarse en la la línea dos costaron 11 millones de dólares, cada uno.

Se compraron 45 trenes nuevos, que seguirán usando el color anaranjado.

El DF recauda el 57% de sus ingresos, de los cuales, 3 mil millones provienen del metro.