Karla Islas paseó desnuda por Barcelona

Sí, es verdad, lo hizo, y ella misma lo narra.

Crónica de un despelote masivo. La instalación de Spencer Tunick en Barcelona

Fuente: http://www.agseso.com.

por Karla Islas Pieck

Nunca antes en mi vida me había desnudado en público. Supongo que el sentimiento de pudor, especialmente inculcado por mis educadores desde que era pequeña, sumado a los complejos producto de la cultura de la estética en la que vivimos, han logrado que el despojarse de las prendas sea una acción especialmente difícil para mí. A manera de reto, en un intento de vencer este temor, el pasado domingo decidí unirme a las más de 7 mil personas que posaron desnudas en la instalación del artista norteamericano Spencer Tunick.

Recuerdo que todo comenzó cuando me topé con una postal de esas gratuitas que están en las tiendas y restaurantes. La foto: Una instalación de Spencer Tunick en dónde aparecen varias personas desnudas; atrás: información sobre cómo inscribirse a la que se realizaría en Barcelona. Faltaba más de un mes, así que decidí apuntarme sin pensarlo mucho y mandé mi ficha a través de Internet. Cuando la fecha se aproximaba, reflexioné. Parecía absurdo que yo me planteara posar desnuda y más aún siendo algo masivo, cuando me resulta muy difícil ponerme un bikini para ir a la playa. Tomé la decisión de asumirlo como un reto y tomármelo sin mucha aprensión por si me arrepentía en el último momento. Quería ir sola, nada de ir con amigos o conocidos, esto seguramente haría más difícil lo que sin duda, representaba un desafío. Incluso me convencí a mi misma que esto podría servir como una especie de “terapia” para superar el miedo al desnudo.

De momento nadie de mis amigos se había apuntado, pero en la última semana varios comentaron que se lo estaban pensando. El primero en confirmarlo fue Patxi, y como es mi vecino, se ofreció a pasar por mi para ir juntos al evento. “No, no nos veremos”, fue mi primera reacción. Pero después, tras una breve reflexión, cambié de parecer ya que ir sola hasta la Plaza España en medio de la madrugada podría ser toda una aventura. En fin, que llegado el día, acepté y quedamos que pasaría por mía a las 3:00 de la mañana en punto.Los nervios me invadían. Había planeado dormir muy bien la noche anterior para estar fresca, pero erré en pasar camino a casa y tocar el timbre de Vicky, ya que nos sorprendió la madrugada hablando sobre el tema.

(Si quieres leer el texto completo, entra a http://www.agseso.com/interiores/loslunesalborne1.htm).